lunes, 26 de abril de 2021

Tentaciones groseras y refinadas

Señor, Tú también fuiste tentado, como nosotros.

Cuando estoy débil, siento tentaciones groseras, en las que el diablo me anima directamente a hacer daño, a satisfacer todos mis caprichos y pasiones, a hablar mal de otras personas, a utilizar a los más débiles, a mentir sin remordimiento, a dejar de rezar y olvidarte…

Cuando estoy más cerca de ti, siento otras tentaciones más refinadas, en las que el diablo me presenta el mal con apariencia de bien. Me anima a halagar en vez de amar y servir, a cuidar las apariencias más que el interior, a creer más en la propaganda que en la verdad, a poner más confianza en el poder y el dinero que en la fe y el compromiso con los pobres, a utilizarte para cumplir mi voluntad en vez de abrirme a tus llamadas…

Señor, que el silencio y la oración me ayuden a descubrir los engaños del tentador, a reconocer mi pobreza y debilidad, a abrirme a la fuerza de tu Espíritu, más poderosa que todas las tentaciones, para poder resistirlas y vencerlas.