Señor Jesús,
fue una mujer, una sin-voz,
la que levantó la voz para piropearte:
"Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron".
Gracias por tantas hermanas y hermanos,
las santas y santos de la puerta de la lado,
que gritan tu nombre con su vida,
que nos muestran que Tú eres el Camino. la Verdad y la Vida.
Qué yo también sea capaz de levantar la voz,
para reconocer y ensalzar a las personas buenas que me rodean,
para anunciar que Tú eres mi Amor y mi Esperanza. Amén.