domingo, 1 de noviembre de 2020

Una viña preciosa

Señor, Tú nos regalas a cada uno de nosotros una viña preciosa: la vida, un cuerpo con el que relacionarnos con los demás, un espíritu que nos permite soñar. Nos ofreces amigos y familia, una inteligencia para conocernos y para conocer el mundo que nos rodea. Nos das fuerza para trabajar, un corazón para amar, un futuro por conquistar… Nos regalas el don de la fe... Una viña preciosa.

Sin embargo, a veces  despreciamos esta viña que Tú nos has dado, la descuidamos, no la disfrutamos, no producimos frutos... Perdónanos y ayúdanos, Señor. a ser más agradecidos, a dar fruto al servicio de la familia, el barrio, la comunidad cristiana, el mundo... Gracias por todas las personas que han tomado este camino de vida, junto a nosotros y en el mundo entero.