sábado, 28 de noviembre de 2020

Paz en la tormenta

Señor Jesús,
un niño, cuando tiene miedo, busca el abrazo de su padre o madre
y, sólo con eso, la sensación de peligro y el miedo desaparecen.
Cogido de la mano o en sus brazos, es capaz de enfrentar la situación.

Pero yo, soy más complicado y orgulloso: me cuesta pedirte ayuda;
pienso que no lo necesito, que no lo merezco, que ya no soy un niño;
quiero valerme por mí mismo, sin deber favores a nadie;
olvido que mi fuerza, mi talento, mi vida… son regalo tuyo.

Señor Jesús,
ayúdame a entender que mi vida crece cuando estoy abierto, para dar y recibir;
dame humildad y confianza, para pedir tu ayuda y recibir tu abrazo;
hazme atento y generoso, para ofrecer mi abrazo a los que sufren.
Como Tú. Siempre como Tú y contigo. Amén.