Señor Jesús,
Ya sabes que soy muy “Marta”, muy preocupado por el trabajo, por las cosas pendientes… Y descuido la relación con las personas, la amistad contigo. Ayúdame a estar disponible y a escuchar las palabras y los sentimientos de quienes me rodean, a regalar tiempo y atención, como Tú me regalas a mí.
Gracias por estos ratos de estar contigo. Aunque me da pereza rezar, ¡disfruto tanto cuando te abro el corazón! Estás siempre disponible, nunca te canso, siempre me recibes y escuchas con una sonrisa. Gracias.
Gracias por tantas “María-Marta” que escuchan, se interesan, regalan amor… y además hacen las cosas necesarias.