sábado, 28 de noviembre de 2020

Lágrimas y compromiso

Señor Jesús, Tú lloraste sobre Jerusalén, al ver tantas y tantas personas de espaldas al Amor de Dios.

Señor Jesús, Tú lloras sobre mí, cuando tengo el corazón entretenido en tonterías y cerrado para dar y recibir amor.

Señor Jesús, Tú lloras sobre nuestras ciudades y pueblos, cuando no somos capaces de entendernos, de compartir con los desfavorecidos, de custodiar la Creación, de cuidar a los más débiles.

Señor Jesús, que lloraste y no te dejaste llevar por esa corriente de indiferencia, de mentira, de injusticia… Y entregaste lo más valioso, tu propia vida, para abrir el corazón de las personas y de los pueblos al Amor del Padre y a la fraternidad universal.

Concédeme, dolerme y llorar contigo; trabajar y luchar contigo, para hacer realidad, poco a poco, tu Reino: una humanidad de hermanos y hermanas que se aman y se sienten amados por el Padre. Amén.