Gracias, Señor, por mi familia;
donde somos amados gratuitamente,
aprendemos a ser solidarios
y a descubrir tu presencia entre nosotros.
Acuérdate, Señor,
y que todos nos acordemos de otras familias,
que sufren por causas tan diversas:
porque son amenazadas y tienen que emigrar,
porque se maltrata a los más débiles,
porque sólo se piensa en comer, viajar y pasarlo bien.
Bendice, Señor, a nuestras familias;
ayúdanos a crecer en respeto y amor;
que sepamos transmitir la fe con sencillez
y procuremos el bien de todas las familias.
Amén.
