No me molestes! ¡Terminó mi horario! ¡Este es mi momento!
porque no tengo tiempo, no tengo ganas, no tengo fuerzas.
También a mí me tienen que llamar varias veces,
hasta que salgo de mi burbuja y respondo.
Tú, en cambio, Padre, estás siempre atento a mi llamada.
me amas como si no tuvieras otros hijos que cuidar.
Gracias porque nos regalas a manos llenas todo tu amor,
porque incluso nos has dado a tu Hijo y a tu Espíritu.
Enséñanos a utilizar el tiempo con sabiduría y generosidad.
Que sepa aprovecharlo para estar contigo, para dejarme cuidar;
que sepa compartirlo con quienes necesitan afecto y ayuda.
Amén.