Señor, a veces vivimos la fe como si fuera una carga,
Parece que no nos sentimos amados y redimidos por ti
y que la paga por seguir tu camino es más bien corta.
Señor, ayúdanos a vivir nuestra fe con alegría,
a experimentar que tu yugo es suave y tu carga es ligera,
a darnos cuenta de que tu amor es el tesoro más valioso
y tu cercanía levanta banderas de esperanza en nuestras derrotas.
Gracias por haberme regalado tu amistad, tu ternura, tu perdón;
Gracias por quienes me transmiten con su vida tu mensaje y tu amor,
por las personas que son felices dedicándose a los más vulnerables.
Gracias por tanta gente maravillosa que te conoce y te sigue